martes, 1 de junio de 2010
SE DISPARA LA DEMANDA DE LAS REDES INALÁMBRICAS
Las comunidades Wi-Fi se multiplican por cinco en un año - Guadalajara, la ciudad con más nodos libres - La tecnología 'wireless' permitirá que el 70% de la población del Pirineo tenga acceso a las nuevas tecnologías - Seguridad y vacío legal, temas pendientes En la sala de reuniones. En la habitación. Incluso en el lavabo. Las antenas se esconden en los techos falsos de oficinas y establecimientos españoles ofreciendo Internet de alta velocidad (hasta 11 megabits por segundo), sin necesidad de cables y desde cualquier rincón. La tecnología lo hace posible gracias al estándar 802.11b, conocido como Wi-Fi (wireless fidelity). Entramos en una zona wireless. El cliente tiene un portátil, pero no una tarjeta inalámbrica. El recepcionista del hotel le entrega el kit para conectarse: un CD y la tarjeta de red. Si el sistema del ordenador es Windows XP, sólo necesitará introducirla. Si se trata de otro sistema operativo, deberá emplear un CD que instala automáticamente los drivers. Los hay que ya llevan incorporada a su portátil la tarjeta. Sólo deben abrir el navegador. Los clientes pagan con tarjeta de crédito por tiempo de conexión. Estamos en un hotel de Barcelona y el servicio lo ofrece Kubi Wireless, una compañía nacida al calor de Wi-Fi como una solución comercial. Aparentemente todo sigue igual. Pero el ver a un tipo navegando con su portátil, sin un solo cable, en el borde de la piscina da que pensar. "El cliente es autosuficiente. Nuestra Red es abierta. Cualquiera de nuestros clientes con un portátil con conexión Wi-Fi puede acceder", dice Carlos Riopedre, de Kubi Wireless. Acceder a Internet en espacios públicos con tecnología Wi-Fi es cada vez más habitual. Estos espacios reciben el nombre de hot spots. "Existen básicamente dos fórmulas de acceder: las comunidades que comparten sin ánimo de lucro su acceso a Internet a través de una conexión Wi-Fi. Y, por otra parte, también empresas dedicadas a ofrecer servicios de acceso a Internet sin cables a los clientes. Estas empresas diseñan a medida los Hot Spot de acceso privado para ofrecer un servicio de Internet controlado previo pago", explica Santiago Corral, de Hewlett-Packard. Pero el Wi-Fi no está sólo en hoteles o aeropuertos, también en lugares remotos donde tardaría años en llegar un cable. Wi-Fi es una puerta abierta para todos, y también es una preocupación para el dueño de la casa. Frente a las críticas sobre la seguridad de Wi-Fi, Riopedre, de Kubi Wireless, dice que "como mínimo, es igual de seguro que otras tecnologías de acceso más convencionales". Kubi, de momento, ha establecido dos tarifas: una hora de conexión a 9 euros y 24 horas a 15. La instalación en un hotel puede durar aproximadamente una semana. "Nos planteamos la necesidad de dar acceso a Internet desde cada habitación, pero eso requería un montón de cables", explica Xavier Castellví, subdirector del hotel Estela de Sitges. En 2001 se instalaron redes locales inalámbricas (WLAN) en más de 1.000 lugares públicos de Estados Unidos, como aeropuertos, hoteles, centros de convenciones y restaurantes, según Gartner Group. En España empiezan las experiencias públicas. Desde hace unos meses, Hewlett Packard ha instalado en el aeropuerto madrileño de Barajas un Business Center, una sala de trabajo, para cualquier viajero. Es una sala inalámbrica donde, aparte de instalaciones para darse una ducha o una sauna de vapor, el viajero puede conectar su ordenador sin cables y navegar.
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